La pandemia le suma un nuevo factor de incertidumbre a una industria que venía mostrando números positivos.

«El gran desafío es sostener el mercado en medio de la pandemia», repite el misionero Juan José Szychowski, quien fue designado hace una semana por el Ministerio de Agroindustria de la Nación nuevo titular del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM). Este contador público, de 56 años, es también un reconocido productor yerbatero y contratista en servicios de cosecha y transporte para terceros.

Su apellido es sinónimo de yerba, ya que es nieto de Juan Szychowski, el legendario inmigrante polaco que hace 100 años llegó a la localidad de Apóstoles con una mano atrás y otra adelante, y en base a su ingenio inventor y su espíritu emprendedor fundó la empresa La Cachuera (marca Amanda). Hoy es la cuarta yerbatera del país, la segunda exportadora de la Argentina y una de las alimenticias más antiguas del país.

La irrupción del Covid-19 generó una sombra en el sector de la yerba mate, que venía de batir récords de consumo y exportaciones, a pesar de la crisis económica y la caída del consumo. Compartir el mate se convirtió de la noche a la mañana en una actividad peligrosa y hasta hubo intentos de estigmatizar la arraigada costumbre argentina.

Sin embargo, las estadísticas de marzo demostraron que la industria resistió bastante bien. Las empresas vendieron en el mercado interno 22,04 millones de kilos de yerba, lo cual representa más de 1 millón de paquetes por día, teniendo en cuenta que el 60% se vende en envases de 500 gramos, según las estadísticas oficiales del INYM. Eso representó una caída de apenas 6% respecto de marzo del 2019.

Para la industria se trató de un esfuerzo enorme, porque a pesar de ser declarada una industria esencial, en las primeras semanas se dejó de cosechar hoja verde y las empresas se empezaron a «comer» sus stocks de yerba para seguir abasteciendo.

«Por ahora venimos resistiendo bien, pero hay que ver a largo plazo el impacto de la caída de los ingresos de muchos sectores de la población en el consumo», contó Victoria Szychowski, quien aprovechó para aclarar que su primo no tiene ningún vínculo con la empresa. «En la familia lo apreciamos mucho y le deseamos lo mejor, porque conoce el sector», señaló.

Todos los eslabones

El INYM empezó a funcionar en el 2002 tras una gran protesta un año antes que dio lugar a la ley 25.564 que ordenó su creación. Aparecieron las características estampillas en los paquetes de yerba mate, que son el principal recurso con el que se financia este organismo.

Tiene como misión principal hacer crecer y desarrollar a todos los eslabones de la cadena yerbatera, y las herramientas para fijar precios oficiales, hacerlos cumplir y regular la oferta y la demanda, aunque en este último punto nunca logró hacer funcionar sus atribuciones.

Dos veces al año el directorio del INYM debe fijar los valores de la materia prima. Como el valor sólo es válido si se vota con el consenso de todas las partes -en una mesa donde casi siempre existe la puja entre productores e industriales-, la mitad de las veces deben pasar al laudo del gobierno nacional.

Szychowski asume al frente del INYM con un perfil totalmente distinto a sus antecesores, figuras más bien neutrales que tenían la misión de coordinar un directorio donde conviven representantes de la industria, la producción, tareferos, cooperativistas y los gobiernos de Misiones y Corrientes.

Es un personaje que proviene de una familia con tradición empresaria yerbatera, pero al mismo tiempo cuenta con el respaldo unánime de las asociaciones de productores yerbateros, entidades que aglutinan a cientos de pequeños agricultores que tienen 25 hectáreas y dependen mucho de un buen precio de la hoja verde para poder sustentarse.

A pesar de tener un apellido de estirpe yerbatera, como los Navajas Artaza (Las Marías), los Hreñuk (Rosamonte), los Puerta (Nobleza Gaucha) o los Urrutia, su padre «Toto» se desvinculó de la firma familiar hace mucho tiempo y él hizo su trayectoria en el sector de manera totalmente independiente.

Acostumbrado a levantarse a las 5 de la mañana para estar en el campo a las 7, la mayoría de las veces Szychowski está trabajando codo a codo junto a estos pequeños productores, peleando por un buen valor del kilo de hoja verde. Aunque a la noche se encuentra en el club o en un reunión social con los dueños de las yerbateras. Un personaje atípico en un sector donde las clases sociales están bastante marcadas.

Al mismo tiempo, en el sector industrial ven su llegada con alivio ya que temían el arribo al INYM de figuras vinculadas al kirchnerismo duro, como el ex titular de la Universidad Nacional de Misiones, Javier Gortari, quien también sonaba para ese puesto.

«Sin dudas su designación trae tranquilidad al sector yerbatero por varios motivos. El principal es que es alguien que está ligado desde siempre al rubro y a las instituciones», explicó a la nacion Ricardo Handziak, titular de la Cooperativa Liebig, productora de la marca Playadito, segunda jugadora del mercado detrás de Las Marías.

Intervención

El kirchnerismo hace tiempo busca intervenir en el INYM con la creación del Fondo Especial Yerbatero (FEY), un proyecto para cobrar un nuevo impuesto a través de una segunda estampilla en cada paquete de yerba y que sería manejado por el diputado del Partido Agrario y Social (PAyS) y dirigente social, Héctor «Cacho» Bárbaro.

«No queremos la injerencia de la política en el sector yerbatero, apoyamos la llegada de Szychowski», dijo a la nacion, el productor y dirigente Hugo San, la cara visible de aquel tractorazo que en 2001 dio pie a la creación del INYM.

Todo el mundo destaca también el perfil de contador público del nuevo titular del INYM. En las mesas de discusión por el precio, el manejo de la grilla de costos es fundamental para poder fijar un valor de consenso para toda la industria. Szychowski, además, fue profesor de la materia «Costos» en la carrera de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Misiones.

Calidad y nuevos mercados

Además de sostener el mercado interno, el otro desafío importante que tendrá Szychowski es mantener las exportaciones de yerba mate al resto del mundo y los esfuerzos e innovaciones que está haciendo esa industria para conquistar nuevos consumidores.

Este sector había ganado muchos mercados, además de consolidar y aumentar sus envíos a los clientes tradicionales como Siria, Palestina y Chile. En 2018 las exportaciones de yerba habían registrado un récord de 43 millones de kilos y el año pasado tuvieron una leve caída a 39,8 millones.

Este año el ritmo de enero y febrero había arrancado como para batir un nuevo récord histórico, pero en marzo el comienzo del aislamiento impactó y las exportaciones se desaceleraron. Se despacharon 2,04 millones de kilos de yerba.

Si bien la mayor parte se vende a granel en grandes sacos de 200 kilos, la industria yerbatera de Misiones y Corrientes evolucionó mucho en el desarrollo de nuevos formatos para la venta de yerba mate, sobre todo en bebidas frías en los Estados Unidos y Europa, yerba instantánea (estilo café) o como infusiones en el mercado de la India.

Hace tres años que el INYM viene trabajando con una consultora de ese país para conquistar el gusto de los consumidores en el segundo país más poblado, detrás de China. La cooperativa Piporé, octava empresa del mercado interno y tercera exportadora, tiene allí una oficina comercial desde hace tres años.

Tiempo de desafíos

-6%

Producción

Es la caída que registraron las ventas de yerba mate en el mercado interno en marzo, pese al impacto que tuvo la pandemia en la cosecha

39,8

Exportación

Son los millones de kilos que sumaron las ventas al exterior de la industria en 2019.

Fuente: La Nación