En las primeras semanas del mes, el precio en carnicerías aumentó 4%, lejos de lo difundido por la prensa no especializada, y todavía le restaría absorber 14% del incremento de la hacienda. “Las carnicerías no se mueven estrictamente según el mercado de Cañuelas sino dependiendo de que puedan vender o no toda su mercadería”, afirma Miguel Gorelik.

Qué pasará en diciembre.

La economía argentina ha venido acumulando algunos desórdenes muy importantes en materia de precios relativos (además de otros), a causa de una intensiva intervención gubernamental en la fijación de muchos de ellos.

Sin pretender agotar la lista, se destacan el tipo de cambio oficial y muchas tarifas entre ellos.

Con el previsto cambio de rumbo de la política económica, y el improbable entendimiento entre una administración que se va, y que no cejará en el uso de esas herramientas, y otra que viene, que ha afirmado reiteradamente que el Estado no se debe inmiscuir en ésas y otras cuestiones, la información diaria está llena de especulaciones sobre lo que puede pasar y lo que estaría pasando ya mismo.

En el caso de precios, se menciona, obviamente, los de los productos que fueron incluidos en programas tipo Precios Cuidados y todas las otras denominaciones habidas, que llevan un retraso interesante.

Pero también se incluyen otros que estarían teniendo aumentos fuertes, entre los que no faltan ni carnes ni otros productos frescos.

En el caso de la carne vacuna esa certeza es bastante vidriosa.

Para no hacer una historia muy larga, con la importante recuperación de precios de febrero, la hacienda se mantuvo estable en términos nominales hasta fines de julio, lo que significó una pérdida de precio real (deflacionado) del 25%.

Luego vino una remontada hasta mediados de agosto, del 70%, lo que le permitió superar a aquel pico de febrero en 15% en términos de igual poder adquisitivo.

Hasta fin de septiembre, en un mes y medio, perdió 20% nominal y 30% real.

En una nueva alza, volvió a ganar 40% nominal y 30% real hasta mediados de octubre. Y en el último mes y medio, en un nuevo sube y baja, cayó 15% nominal y 20% real, para luego rebotar hasta aumentar 30% nominal y 20% real.

En definitiva, el valor de la hacienda, aunque con fuertes oscilaciones en el medio, ha ido acompañando a la inflación general a lo largo del año, manteniendo su valor real dentro de un rango que va de los $750 a los $1.150 de valor adquisitivo de hoy.

Como contrapartida, el precio al público tuvo un comportamiento similar, aunque con menos vaivenes.

En ese sentido, el gráfico de abajo muestra que mientras la hacienda se clavó nominalmente entre febrero y julio, los precios en el mostrador aumentaron 25%, creando un cierto colchón.

Con la disparada de agosto, este colchón desapareció. Y lo mismo sucedió con el salto del último mes.

¿Cuánto subió el precio en noviembre?

En las primeras tres semanas del mes, el precio en carnicerías aumentó 4%, lejos de los porcentajes indicados por la prensa no especializada.

Se ubicaba, a la segunda semana, 7% arriba de la relación de equilibrio que venimos calculando desde 2015. Y todavía le restaría absorber 14% del aumento de la hacienda de la última quincena del mes.

Es conveniente aclarar que ninguno de estos movimientos tiene que ver estrictamente con los costos en el corto plazo. Es decir, las carnicerías no mueven sus precios según el mercado de Cañuelas sino dependiendo de que puedan vender toda su carne o no. Nadie deja pudrir su mercadería en la heladera porque el mercado de hacienda haya aumentado, la vende al precio que puede. Y lo mismo funciona en el caso contrario.

En definitiva, los aumentos indicados por muchos medios periodísticos para la carne vacuna son poco verosímiles.

Esto es hasta hoy. Si la gran incertidumbre, de todo tipo, que campea hoy provocara una fuerte retracción en la oferta, los precios de la hacienda, y de la carne, podrían subir. Pero se necesita una bola de cristal para hacer una afirmación en este sentido.

 

 

 

Por Lic. Miguel Gorelik, Director de Valor Carne

Valor Carne