El ministro de Agricultura dialogó con la prensa tras anunciar una ampliación de un programa de crédito para el sector avícola. “No pueden faltarnos ni fertilizantes ni fitosanitarios”, afirmó.
Las principales preocupaciones del campo hoy se pueden dividir en dos aspectos centrales: el financiero y cambiario por un lado y el productivo por otro. En este último hay dos elementos fundamentales que le viene trayendo varios dolores de cabeza al sector y que amenaza día día las labores culturales y los planes de negocios para las próximas campañas como es la escasez de gasoil y la incertidumbre respecto al precio y abastecimiento de fertilizantes y fitosanitarios.
El tema del combustible ya es conocido por todos, debido a que es un problema que hace meses se viene dando en todo el territorio nacional y que a la fecha no se ha encontrado una solución que satisfaga al sector productivo ni al transportista. La situación con los fertilizantes es más reciente y es un efecto derivado de la decisión del Banco Central de limitar o inclusive cerrar el acceso a dólares para realizar importaciones ante la sangría de reservas de las últimas semanas.
Lo cierto es que la preocupación en el sector es creciente, a pesar de los intentos gubernamentales de darle seguridad al campo de que va a tener los insumos necesarios para producir. De hecho, el ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca, Julián Domínguez, volvió a afirmar ayer que habrá gasoil para realizar la implantación y recolección de los granos, como así también fertilizantes.
“Nos estamos rompiendo el alma” para solucionar estos problemas, aseguró Domínguez. Según declaró el ministro tras los festejos por el “Día Nacional de la Avicultura” que se desarrolló ayer en la Bolsa de Cereales de Buenos Aires y que también contó con la presencia del ministro de Desarrollo Productivo, Daniel Scioli, en el país “hay gasoil”, sobretodo en las estaciones de bandera, aunque reconoció “dificultades” logísticas para llegar a “los lugares más alejados”. No obstante fue tajante: “se va a poder sembrar y se va a poder cosechar”, afirmó.
En materia de fertilizantes, el nuevo gran factor de incertidumbre para el campo, sostuvo que el problema de abastecimiento para el primer trimestre fue resuelto, pero que actualmente se encuentran “trabajando en este momento con el Banco central y con las cámaras (de fertilizantes) para resolver los problemas que tienen. Mi responsabilidad como ministro es que haya combustible, fertilizantes y fitosanitarios. Nos estamos rompiendo el alma y vamos a trabajar en los problemas que hay. No pueden faltarnos ni fertilizantes ni fitosanitarios”.
Respecto al tembladeral que desató la sorpresiva renuncia del ahora exministro de Economía, Martín Guzmán, y que agravó la crisis existente en la coalición gobernante, Domínguez hizo énfasis en la unión del Gobierno, despejó ciertos rumores de fusión de la cartera agropecuaria con Desarrollo Productivo y un eventual aumento en las retenciones y celebró la designación de Silvina Batakis al frente del Palacio de Hacienda.
Sigue el faltante de gasoil en el interior del país.
Respecto a un potencial incremento en los derechos de exportación, Domínguez negó tal posibilidad, ante los rumores de que Batakis pudiera ir por ese rumbo. “Yo hablo en nombre del presidente, no en nombre mío. Somos un gobierno. Batakis es una ministra productivista, y es una renovación de aire para el sector productivo. No he tenido ocasión de hablar (con Batakis) pero hablé con el presidente, que es el que define las cosas en Argentina”, al mismo tiempo que negó una eventual fusión del ministerio de Agricultura con Desarrollo Productivo: “A mi nadie me dijo nada. Los periodistas dijeron muchas cosas, pero ell que dice y habla es el presidente”, dijo.
Crecimiento y protesta
En otro tramo de la conversación que mantuvo Domínguez con los medios de comunicación, sostuvo que “el sector y el interior del país se encuentran en crecimiento”, distanciándose de la visión que poseen las entidades agropecuarias agrupadas en la Mesa de Enlace, que el 13 de julio llevarán a cabo una jornada de protesta en varios puntos del país, acompañado por un cese de comercialización de granos y hacienda.
“Cuando uno sale de Capital, hay proyectos de inversión en todos lados. La verdad es que hay una economía que crece, se reclama mano de obra, especialización, hay emprendimientos. Acá se vive un microclima que no se coincide con el clima que se vive en el interior”, dijo Domínguez y dio como ejemplo las exposiciones rurales que se desarrollaron en los últimos meses. “El sector vuela, tiene horizonte. No crece un país que no tiene previsibilidad. Hay dificultades en el tema de divisas, pero el sector está creciendo”.
Pero no solo el campo, sino también otros sectores productivos no comparten esta visión. Un ejemplo de ellos fue el comunicado que lanzó la denominada Mesa de la Producción de Córdoba, que engloba a cámaras agropecuarias, industriales y de servicios de la provincia mediterránea. “Los sectores productivos vivimos hoy una enorme zozobra, producto de la crisis política del Gobierno nacional”, sostuvo en un comunicado firmado por la Unión Industrial de Córdoba, las cuatro entidades agropecuarias con representación provincial, la Cámara de Comercio de Córdoba y la Bolsa de Comercio y Cereales provincial.
Días atrás el titular de la cartera agropecuaria le pidió a la Mesa de Enlace «dejar de lado la confrontación y pasar a la cooperación».
En la misma línea, advirtieron que “son enormes los riesgos que se avecinan si no se toma hoy mismo una dirección clara y contundente, con un rumbo económico distinto al que se venía llevando hasta hoy” y agregaron que “por tratarse de una crisis mayormente política y no sólo económica, pedimos un gesto firme a la dirigencia nacional para revisar su rumbo y establecer prioridades de manera inmediata”.
Entre ellos piden “restablecer el equilibrio fiscal mediante el control del gasto público ineficiente y no a través de mayor presión tributaria; una política monetaria que permita reducir drásticamente la inflación, el control de la emisión, morigerar la tensión entre los tipos de cambio y la reconstrucción de las reservas del BCRA; y el cese de todas las restricciones e intervenciones sobre las distintas cadenas productivas que permitan restablecer la actividad (muchas hoy paralizadas) como por ejemplo sobre la exportación, la importación de insumos, la provisión de energía y combustibles”.